tres meses de estancia en pnohm penh, con la tarea profesional de rehabilitar un edificio con cambio de uso, es la historia que ofrecemos contar de este occidental tan poco preparado a los hechos fantásticos, minúsculos y serenos que están por acontecer...

07 marzo 2008

mala vida

No s'e c'omo me las apa;o pero acabo estando en un espaciotiempo comprimido. Estas semanas he estado liado en un numero de cosas que no recuerdo. Si alguien lleva prisa en el coche se dar'a cuenta de c'omo observa el paisaje. Ese paisaje abstracto me ha parecido Manhattan; eso por otro lado tiene el encanto del h'abito, o el encanto del desvelamiento.

A m'aximo volumen, ayer tuvimos el midterm del Studio. Estoy en el que m'as se trabaja, los arquitectos son muy buenos profesores y adem'as se ha creado un ambiente muy agradable. Ayer los doce del estudio estuvimos al menos hasta las tres de la noche trabajando. Yo no dorm'i para variar, y volv'i a entregar por los pelos y bien. Estoy bastante contento con mi proyecto y la profesora est'a muy contenta con el studio. Es una experiencia que, sin ser necesaria, es buena.

Ma;ana tenemos el vuelo para Brasil, donde estaremos dos semanas. Una de arquitectura y otra de vacaciones. No me llevo el portatil, lo cual es un logro. A nadie nos ha dado tiempo a pensar en ello. Otra experiencia que quer'ia tener.

Ahora hay varias cosas emocionantes que ya os contar'e en otra ocasi'on.

La mala vida amplifica las alegr'ias y consume todo tipo de carburantes. Me tiene enso;ador, algo insomne y adormilado cuando menos lo quiero. La mala buena vida, o la buena mala vida, no s'e cual. Esta contraposici'on es demasiado f'acil. Es mucho exacta tal y como la canta Manu Chao,