tres meses de estancia en pnohm penh, con la tarea profesional de rehabilitar un edificio con cambio de uso, es la historia que ofrecemos contar de este occidental tan poco preparado a los hechos fantásticos, minúsculos y serenos que están por acontecer...

30 julio 2005

a veces no hay titulos

Pues se agradece que me hayais llamado, la voz distante de repente retrasada varios segundos y metalizada, pero voz al fin. Asi de pronto no me acuerdo de nada especialmente raro que contar, es el habito. Pero es que no es la Luna, la normalidad es algo que existe en cualquier lugar, incluidos los mas anomalos.
Pasa igual que con las cuestiones personales: hasta que se consiguen formular, la sensacion que se tiene es de una incomodidad o escozor amorfo. Asi es ahora con el proyecto. Hay que hacer la ejecucion y el presupuesto y practicamente hay que seguir la obra. En teoria esta claro. Me cuentan continuamente cual es el proceso. Mientras se utilizan substantivos abstractos funciona, comprendo el trabajo. Pero despues no imagino la conexion con los substantivos concretos: como se clava el tubo de acero que despues se cose con que tipo de tela para despues unirlo con otro tubo para hacer un pequegno lugar cubierto. A quien llamo para hacer eso, quien trae el material, como se paga... Es desafio domestico atractivo.
Pienso estos dias en lo de poder quedarme aqui para hacer el seguimiento de obra, hasta diciembre. La cosa es que hay muchas cosas atractivas (Turquia, aqui, la colaboracion con el profesor de Sevilla, investigacion sobre teoria de arquitectura) pero al final tengo que terminar la/s carrera/s. Son un grano benigno.
Disculpad, pero estoy en una conversacion, y en frances tengo que estar concentrado. Lo de hablar en frances esta guay. A veces me pierdo y tengo que sonreir sin comprender. Pero eso me puede pasar hasta con el Mengis.
Uno de estos dias soltare algun discursillo. Mais pas aujourd'ui. No hoy. Con afecto: