tres meses de estancia en pnohm penh, con la tarea profesional de rehabilitar un edificio con cambio de uso, es la historia que ofrecemos contar de este occidental tan poco preparado a los hechos fantásticos, minúsculos y serenos que están por acontecer...

31 mayo 2007

de cardo a flor

Esta mañana estuve matriculándome: por lo pronto, voy a hacer un curso de GIS. Conozco a un compañero de clase coreano que se llama Xin y parece que el ambiente va a ser ciertamente agradable y posiblemente competitivo. Mañana es la presentación de las clases.

Esta tarde, en el hostal global ví:

el reloj que corría en sentido horario
ocho mensajes sin respuesta a www.craigslist.com
una posible habitacion por 1100 dolares sin cama ni muebles
una litera y mi maleta en una habitación con llave electrónica
y una paradójica sensación de desamparo en mitad de esta sobrecargada concentración de seres humanos.

Con la patente sensación de estar sentado sobre un cardo de carácter habitacional, recibo agradecido terapia por messenger. Entonces,

llamada al recién estrenado móvil
vertiginosa topografía étnica que es Manhattan
en la calle 124
un kilómetro al este del punto de destino
taxi taxi please taxi

llego al piso en cuestión, a pie de la Facultad, barato y Normal. La idea de normalidad depende del contexto que se entienda como "universo". En los pisos anteriores la normalidad era de tipo "B" o algo así, y todo estaba por encima de olas de 1000 dólares al mes! Más agradecido que merecido, me han elegido para el piso así que ya tengo casa!

Ruborizado por la cadencia vertiginosa de sensaciones desacordes, alegre y exhausto, escucho ahora sí el ruido eléctrico y sanguíneo que me esperaba, me pongo por ejemplo a planear sobre la isla y luego imagino la aceleración de la gravedad, esperando la velocidad y los resortes que van a hacer posible el impacto. Me digo que ahora mismo, cuatro días después de bajar del avión, acabo de pisar esta ciudad.