aranias, lluvia, decisiones y seda
Era en un restaurante a las afueras de Pnohm Penh donde cenamos hace una semana, con Rithy Panh y su equipo. El suelo era de tablones de madera, y el sonido flexible de los pasos indicaba que el edificio no tocaba la tierra. Nos sentamos, el rio marron al frente y debajo, vegetacion veloz verde, colores saturados. A mitad de la cena, aireados y contentos, vinieron unas personas con alimentos tipicos para picar, entre ellos aranias fritas grandes como medio punio. Negras.
Es lo mismo que comer caracoles con giris: el momento de la espectacion.
Los camboyanos esperaron a ver si la arania que compro Thomas iba a ser degustada. Y en efecto que lo fue, ante semejante publico ni el ni yo nos ibamos a dejar vencer. Asi que niacniac, las patas peludas y el caparazon plastico. Y el caso es que no sabe a casi nada, sabe a frito. Uno se imagina a Indiana Jones comiendo cerebro de mono y no es asi. Frito y bien frito. Como las hormigas, los sapos y una especie de cucarachas o grillos que es lo que mas me escama.
Es la humedad y el clima que hacen que estos animales tengan un tamanio enorme, que la vegetacion crezca lujuriosa; humedad que a veces se condensa y explota sobre el suelo en forma de gotas torrenciales. A las tres de la tarde, mas o menos, desde hace un par de dias, llueve y con pasion llueve. Como un llanto de ninio el agua viene, se desparrama y desaparece, luminosa. Cuando llueve asi me imagino Valencia con la gota fria. Las calles se obturan y hacen rios de hasta dos palmos de hondo. Algunos ninios juegan, algunos moto-taxistas aprovechan para ducharse. La violencia del agua (violencia irreal) transforma la ciudad en una especie de espectaculo natural. Una evidencia de hectareas a la redonda.
Inofensivos y decididos, el agua y yo. Ella a procrear en la tierra y yo a saber si me quedo o no y en que forma. Pero se demora la decision. Hara falta tiempo para saber si soy pertinente aqui. Por lo pronto creo que en Octubre me quedo en Espania, pues es dificil comenzar las obras para esas fechas. Eso me va a venir bien, me da un poco de aire.
Estas dudas se confirmaron el viernes en una conversacion con Michel Verrot, el arquitecto de la embajada que firma el proyecto. Nos hablaba de los pasos que hay que dar, colocando a cada uno en su (aparente) sitio. Emanaba rigor al tiempo que se posaba en el sillon con la suavidad de la seda. Gesto sereno firme y ponderante, voz meliflua, como los invitados a la cena tras el estreno de la pelicula de Messie Panh.
Cabezas de raton, el ambiente que se respiraba en esa cena era mixto: a un lado los actores y jovenes franceses que forman la energia bruta de ilusiones de cooperacion, en el centro Rithy Panh con el director de la cadena de tele ARTE (peces considerables), y al otro lado unos seniores delicados, gentiles y de voz danzante que a veces hablaban de nombres aqui conocidos, redundantes y sonoros. Yo, en la esquina, no podia evitar acordarme de Bailen y de Paco Martinez Soria. No sabia si fumar era un ultraje a la garganta, y mantenia mi dedo menique -con esfuerzo - pegado a la copa en la que bebia, no fuera que delatase mi origen humilde (o cateto o sencillo).
Noche de nubes en la cabeza, esplendor social y gesticulacion pausada, me dejaron exhausto y dormido como una arania sobre una sabana de seda, ajeno por unas horas a las conversaciones decisivas y a las ideas intempestivas.
Lluvias de decisiones a las que a veces asistimos quienes vivimos estas pequenias excursiones, en las periferias del imperio