tres meses de estancia en pnohm penh, con la tarea profesional de rehabilitar un edificio con cambio de uso, es la historia que ofrecemos contar de este occidental tan poco preparado a los hechos fantásticos, minúsculos y serenos que están por acontecer...

25 junio 2007

fe de errata

Por cierto que no es Little Village, es East Village, que me confundo con Little Italy (sobre todo para los ya conocedores, no quede en el ridículo)

24 junio 2007

mismas nuevas noticias

El fin de semana es una isla con la misma cantidad de prisa de los dias laborables. Apenas da tiempo a comer nada, ni un pedazo de ciudad ni un trozo de experiencia, un poco sí; yo tengo hambre, claro.

Anoche de nuevo cena en escenario de pelicula y en pub de serie b: el ruido rojizo y la exhibicion del impudor, que resultaban algo ingenuos y candidos. Unos shots, muchos taxis y a casa. Esta tarde tuvimos branch en casa de una española que hace el Master, en una terraza de Little Village. Se veia una gran panoramica, y los idiomas fluian como si estuvieramos repentinamente babelizados.

Ritmo tras ritmo,
verde tras azul,

y esta noche que vamos a otro club y mañana inauguracion en Guggenheim. Apenas me da tiempo a dormir y retener los detalles: esta mañana en el metro cuatro chavales de ocho a doce años por ejemplo, se pusieron a bailar break dance, dentro del vagon en movimiento, con musica fuerte. El gimnasio de la Universidad ha sido descubierto.

Es la leche. Está a tres minutos de la Facultad, lo tiene todo y tenemos libre acceso. Me escape una tarde entre semana a comprarme toda la ropa de deporte que no me he comprado en la vida, en un ataque de compra compulsiva y saludable: para nadar, para el squash, para el soccer y para el ping pong. Todo el edificio de deportes esta en el subsuelo, asi que no se puede ver en google. Es un petardo que socaba el campus, cubierto de elegante piedra universitaria. En ese hueco hay muchos deportes, y la sala principal es la más llamativa: hay varios niveles: abajo basket mas pesas, en medio salas tipo yoga y deportes estaticos, y arriba los lockers, abdomminales y cinta de correr, y la pista de atletismo que atraviesa todo como en Odisea en el Espacio. Todo esta muy comprimido, como es norma en la ciudad, y llama la impresion los movimientos coordinados de tantas personas en tan diferentes direcciones, posiciones, ritmos. Es un corazon viviente, el ritmo de una respiracion.

Estos hobbies me tienen distraido del Master, una vez aceptado que no habrá más momento para aprovechar que el que se tiene en presente: el futuro está lleno de papeles.

17 junio 2007

el panóptico, invisible?

Ayer por la noche, viernes en el studio, buscamos planes que hacer. Un grupo azaroso de compañeros nos juntamos para hacer piña y bajamos al meetpacking district: en algún lugar del enorme sur de la isla. Cenamos. Compartimos charla: uno de los comensales, Seth, de LA (Los Ángeles) estuvo trabajando! con Kazuyo Sejima, y Georges, un portugués, comentó que aun trabajaba en el estudio de Diller & Scofidio. Tras salir del bar, nos propuso ir a tomar una cerveza al estudio, que quedaba a un par de manzanas. En un paisaje aun por mediatizar, subimos a una 19 planta que de un edificio gigante. Control de entrada, montacargas y ecos de acero de mitad de siglo, y al final de la galeria la puerta cromada del estudio. Dormido, en penumbra, con treinta pantallas de ordenador encendidas, y lleno de maquetas, planos, música calculada en un sonido sí del siglo XXI.

Los pilares de hormigon parecian, al contraste con el resto del mobiliario, arqueologicos. Los paneles de materiales que no conocía (una especie de fieltro perforado, una especie de policarbonato), rebosaban sofisticación, verdadera sofisticación sensible. Eso y la complicidad de entrar en el salón la noche de Reyes, o en el taller del zapatero: las desordenadas trazas inacabadas de los proyectos que he visto en el interior de las revistas estaban ahora ahi fuera. Estaban las maquetas de esa casa tan famosa que tienen, o de aquel edificio lleno de pliegues, y otras, muchas otras, piezas para la delectacion. Un rascacielos para el concurso de la ampliación del MoMA, la remodelación del Lincoln Center. Y sobre todo, las vistas impresionantes de toda la vidriera un poco Bauhaus del estudio: el downtown a corta distancia. Ya me estoy bajando, Phones and machines, de B. Fleischmann, o Ancestors, de Björk.

Y vimos ese panóptico de la ciudad despierta, pese al impulso de la noche. La mole construida y desescalada de los rascacielos es, vista desde la altura, una especie de revelación laica. Es una roca enorme y quebrada por las calles, un mecanismo que fascina. Los que lo vieron hace sesenta años tuvieron que tomarlo como un Anuncio: es la manifestación más poderosa de esa segunda naturaleza de la que hablamos.

Miles de luces (que eran lugares como el nuestro, con personas como nosotros) tililaban, y algunas se encendían o apagaban: algunas personas estaban cambiando de actividad, en algún lugar alguien colgó un teléfono. El eco de las luces formaba una bruma rojiza pálida que manchaba en el aire. Una pura orquesta de seres humanos, cantando a miles de voces el canto de Babel.

Empujados por esta ebriedad, fuimos ya pocos a uno de los sitios de moda, el MRQE. A ver qué tal. Muchas Parises Hiltones, labios muy pintados y corpiños y faldas a la francesa, lujo o exceso y gente, mucha gente intentando entrar en aquel paraiso de masas (yo parte de ellas). Total que entramos, ya casi como periodistas, a registrar el evento... Incluso con su aquellos y aquellas, me quedo con el panóptico de los rascacielos.

PS: Las personas solemos percibir superponiendo estados y no excluyéndolos. La metáfora de la ciudad máquina y las personas energía tenía algo de literal en la vista desde arriba. Ya abajo, las calles vuelven a ser calles,y las personas, individuales unas de otras. Pero cómo decir: las dos cosas eran ciertas. El movimiento sincrónico de las luces era la manifestación de la pura vida de tantas personas juntas; cuando todos nos vemos funcionando en conjunto, debemos ser algún tipo de doble naturaleza.

12 junio 2007

para el bloq de notas que no se molvide

ya de vuelta a casa, después del lunes de la primera presentación oficial del proyecto.

El ritmo es muy rápido, y me encuentro (como todos) girando el puño de la moto y notando el vientecillo en las orejas. Los medios técnicos son es-pec-ta-cu-lares. Unas máquinas que cortan cualquier material plano consiguen que realicemos unas maquetas de ensueño. Otros programas super3d consiguen formas y patrones dignos de Matrix booleano. La formación variada de quienes estamos aquí hace que cada presentación sea diferente: en mi grupo se ha presentado un video hecho con imágenes a cámara rápida; dos juegos - objeto; dos instalaciones; presentación en Flash; juego - diagrama y cómo no, el omnipresente power point. Los medios técnicos permiten realizar los pensamientos que están latentes, y no solo desearlos.

En las dos clases de teoría tenemos que leer y exponer textos de arquitectura, y escuchar clases: ahí el inglés, el background y la destreza son un handicap. Me cuesta seguirlos, y menos responder a las preguntas de la charla. Hay que escribir algunos trabajos, todos sabemos que será una prueba de fuego que esperamos. Me encuentro siendo fácil de lengua y duro de oreja: me contento por comprender las cosas por conjuntos de palabras, conteniendo cada uno elementos desordenados del lenguaje.

En las clases de programas, tenemos 3dmax y GIS. Esto del pragmatismo tiene lo suyo de bueno, y es que descompone lo complejo en partes simples aditivas. Cómo se aprende 3d?: te coges un ejemplo fácil, sigues los pasos que lees en una página web preparada, repites los pasos con el profesor. Vas al siguiente ejemplo, sigues los pasos, etc.

La ciudad aparece y desaparece como detrás de los visillos el patio de tu casa: continuamente efectuamos elecciones del tipo me quedo trabajando o me bajo al downtown a ver aquello. Gracias a Dios me bajé al downtown a ver el partido del Madrid y del Barsa, en un bar en el que en cada planta retransmitían un partido, con 6 o 7 televisiones en cada una, pudiendo simultanear ambos. Tanto aquí como allí, y para quienes somos del Madrí, el doble gol del minuto 43 fue espectacular.

Volvió a aparecer la ciudad en dos cenas - salidas de fin de semana: el bullicio del centro, y la densidad desordenada y majestuosa de los rascacielos y las infraestructuras de variable tamaño, eso me encantó. Se tiende a decir que NY es de cualquier persona, y es cierto en cuanto a que todos somos de cualquier sitio, todos aprovechamos la ciudad como escenario de agitación. Maravillosos los locales, llenos de ruido, ecos de finesse europea y algunos ademanes provenzales, electrónica pasada de época que te sube a tu piso, chinos que no son chinos, vino italiano con jazz de fondo, martini con vodka y aceituna mezclados con Beyoncé, un negro con un parche! en el ojo entrando en el café del Hotel Hudson, de Starck, hamburguesas de 10 dólares, el Lincoln Center de gala, camareros que siempre hablan español,

todo eso en downtown, aunque los precios se mantienen alrededor de Columbia. Aquí arrriba la Universidad es nuestro centro gravitacional, y empezamos a habituarnos ya al edificio en el que va a pasar casi de todo lo de siempre: cenas improvisadas delante del ordenador, cigarros en el umbral de la ventana y conversaciones laargas entre las 11 y las 1 de la mañana. Con moderación, nos dejamos iluminar por la luz fluorescente que nos guarda cualquier hora del día cualquier día de la semana en la sala de trabajo, y empieza a parecerse a un
contingente y temporal,
imperfecto y acogedor,
vibrante y desapasionado,
limitado y deshinibido,
conocido y rehusado,
como ése del que hablaba Sabina,
hogar.

05 junio 2007

fin de week

Una vez llegado después de la primera presentación sobre el proyecto que tenemos que hacer (la primera presentación a los tres días de empezar!), la sensación general es que la velocidad se incrementa rápidamente. Mañana debemos haber leido varios textos, el miércoles revisión, el viernes y fin de semana de entrega y el lunes que viene tenemos la primera exposición. Los profesores de proyectos se pasan cada dos días a ver nuestra propuesta, por lo que hay que estar activo. Hay que estar activo en general y en concreto, cada actividad requiere atención. Pienso que el motivo por el que se piensa que en estos cursos el nivel es elevado es debido al nivel de motivación y de consecuente competitividad positiva. Nadie se quiere quedar atrás y eso hace que todos vayamos adelante al mayor ritmo posible. Así que el semestre de verano no será tanto de verano, a parte del Sol que se elevará más horas sobre el suelo.

Estoy a favor de hacer una silenciosa liga de la parsimonia mental, para que mantengamos la equidad en el juicio, y podamos gastar las veinticuatro horas diarias como lo que son: veinticuatro horas diarias. No solo desde dentro, sino también desde fuera del recinto de la Universidad, la ciudad llama nuestra atención, como un input de miles de lucecitas parpadeando.

Una de esas lucecitas se encendió el viernes por la noche en el Guggenheim, había un concierto de Nouvelle Vague en el espacio central del museo. Entramos por suerte, y vimos aquel espacio helicoidal donde la gente se asomaba en los pasillos de exposición. Después de disfrutar de la excitación colectiva y del privilegio simbolico de estar alli, fuimos (ya a la deriva) a un karaoke cerca del downtown de la ciudad. De vuelta, de madrugada, recorrimos la isla de sur a norte, comprobando como en efecto no duerme, y como diferentes ciudades pasaban fuera del taxi.

Ahora me encuentro en mi casa, aun es de día y miro a la vasta cantidad de luces que me esperan; son tantas que apenas creo reconocer un conjunto. Miro al parqué y me aquieta: un pedazo de concretud me hace volver a lo simple, y con ello al sueño.

Un abrazo,

01 junio 2007

Dirección postal

191 Claremont Avenue #64
10027 New York NY

Se puede ver en googlearth, escribiendo "191 Claremont Avenue New York"